Ropa y automóviles inteligentes

BBC Mundo
¿Qué pasa si los nuevos jeans que acaba de comprar empiezan a Twittear acerca de su ubicación?

Suena exagerado, pero es posible, si una de sus prendas está equipada con un pequeño dispositivo de identificación por frecuencia radial (RFID, por sus siglas en inglés), entonces su localización puede ser revelada sin que usted lo sepa.

Los RFID son chips que utilizan ondas de radio para enviar datos a un terminal - que a su vez se puede conectar a la web.

Esta tecnología es sólo una de las formas actuales que permite que los objetos físicos puedan conectarse a internet, un concepto conocido como el "internet de las cosas", o por las siglas en inglés IoT.

Esto ocurre cuando no solo su computadora, tableta electrónica o teléfono inteligente se pueden conectar a internet, sino también su auto, su casa, su gorra de béisbol e incluso, las ovejas y las vacas de una granja.

Y en la medida que pasemos del IPv4, el sistema actualmente en uso, a la próxima generación de aplicaciones de Internet, el protocolo IPv6, el cual albergará unos 340 billones de billones de billones de direcciones de internet, entonces más y más objetos podrán entrar a la web.

Los edificios y autos inteligentes que tienen asignados una dirección IP, ya están haciendo las ciudades más inteligente - y muy pronto, todo el planeta puede seguir.

Y aunque esta visión podría demorar algunos años, poco a poco ciudades "más inteligentes" están empezando a surgir a nuestro alrededor.

Un sinfín de oportunidades

Los defensores del internet de las cosas afirman que la interconectividad global nos permitirá localizar y controlarlo todo, en cualquier lugar y en cualquier momento.

"Imagine un edificio inteligente donde el administrador puede saber cuántas personas están adentro sólo mediante el movimiento que reflejan las habitaciones, y esto se puede saber a través de luces sensibles al movimiento", dice Constantino Valhouli del Grupo Hammersmith, una firma de consultoría estratégica.

"Esto podría ayudar a salvar vidas en caso de emergencia", agrega.

Pero a medida que más objetos se incorporan al mundo digital, la frágil línea que separa los beneficios de la tecnología inteligente y los posibles problemas de privacidad se vuelve borrosa.

"El reto del Internet de las cosas aumentará tanto en magnitud como en complejidad en la medida que unos 7.000 millones de seres humanos coexistan con unos 70.000 millones de máquinas y quizás con 70 billones de "cosas inteligentes", capaces de infiltrarse en los últimos reductos de la vida personal", explica Gerald Santucci, jefe de la unidad RFID de la Comisión Europea.

"En este nuevo contexto, las preocupaciones éticas son múltiples: ¿hasta qué medida es aceptable la vigilancia de las personas? ¿Qué principios deben regir el despliegue del internet de las cosas?"

Camisas que hablan

Un número de tiendas, entre ellas la cadena estadounidense Wal-Mart, han empezado a utilizar etiquetas RFID para permitir a los empleados que puedan comprobar la existencia del producto en el almacén una vez escaneada la etiqueta, y así poder rastrear los productos con mayor facilidad desde la fabricación hasta la entrega final.

Sin embargo, defensores de la privacidad temen que el mismo lector RFID pueda ser usado para leer datos como por ejemplo, el número de pasaporte o la licencia de conducción de un consumidor, equipado con el mismo tipo de chip, lo que podría conducir al robo de identidad.

Y es que a pesar de que la etiqueta debe ser removida en la caja, si un consumidor sale de la tienda con el chip todavía conectado, el artículo puede ser rastreado aún en la calle.

Una vez que la etiqueta se tira, aún puede ser escaneada, lo que permitiría tener una idea de sus hábitos de compras.

Otra amenaza creciente es que los hackers saben cómo decodificar las etiquetas RFID.

Y dado que la información se transmite a través de ondas de radio, solo se trata de saber cómo escuchar.

Automóviles que conversan

Los autos también se están volviendo "inteligentes" rápidamente.

Toyota, por ejemplo,ha decidido unirse a Salesforce.com para permitir que los autos puedan conversar con los conductores en una red social privada.

La empresa, denominada Toyota Friend, solo se implementará en los autos híbridos y eléctricos. Entonces, por ejemplo, si se está agotando la batería, el conductor recibirá un mensaje a través de Bluetooth en su teléfono inteligente.

En una demostración en una sala de exposiciones de Tokio, uno de los propietarios de Toyota mostró un ejemplo de estos mensajes: "La carga estará completa a las 2:15 am ¿Le parece bien? Nos vemos mañana."

El auto también será capaz de actualizar su ubicación y por lo tanto la del conductor.

Y es justo en ejemplos como este donde las cuestiones de privacidad entran en juego.

¿Qué pasa si la ubicación se revela de forma automática, por ejemplo, si el dueño se olvida de modificar la configuración de privacidad?

Esta es solo una de las interrogantes que todos enfrentaremos cuando todas las cosas del planeta estén en internet.

Entradas populares de este blog

Arreglando los foquitos de Navidad

¿Cuáles son los componentes básicos de la materia?

Este sitio usa imágenes de Depositphotos