La segunda oportunidad de un surfista veterano e invidente gracias al iPhone

La segunda oportunidad de un surfista veterano e invidente gracias al iPhone
Scott Leason es madrugador. A las 5:30 ya revisó su correo electrónico, redes sociales, noticias y el clima. Ya consultó los reportes de surf del día con la app Surfline en su nuevo iPhone Xr, como parte de su preparación para la jornada. Antes de que salga el sol este viernes en particular, ya organizó su equipo y está listo para su sesión en el Centro Acuático de Mission Bay en San Diego, donde va a surfear olas en Mission Beach.
Y Leason vive toda esta experiencia sin poder apreciarla con sus ojos; Leason es invidente.
Veterano de la Marina de Estados Unidos, Leason era uno de los muchos expertos en comunicación visual (también llamados “hombres de las señales”) destacados en la embarcación anfibia USS Tripoli, donde se encargaba de la comunicación entre embarcaciones a través de reflectores, código Morse y semáforo. Después de siete años de servicio, Leason perdió la vista cuando la bala de un asaltante le hizo perder ambos ojos el 4 de julio de 1993. En 2009, después de haberse acostumbrado a su nueva situación, Leason recibió una computadora y capacitación de tecnología por parte del Centro de Rehabilitación para Ciegos del Departamento de Asuntos de Veteranos de los Estados Unidos, que sería crucial en su camino para vivir de manera independiente. 
La tecnología de cómputo móvil accesible aún se encontraba en sus primeras etapas, pero iOS de Apple se estaba convirtiendo rápidamente en el favorito de los usuarios. En 2012, Leason recibió su primer iPhone —el iPhone 5— y capacitación de parte de Sarah T. Majidzadeh, jefe asistente de Rehabilitación para Ciegos en el Centro Médico para Veteranos Tibor Rubin en Long Beach. “Es mucho más fácil moverse con el teléfono”, dice Leason. “Creo que muchos invidentes prefieren el iPhone porque pueden hacer todo con él. Y VoiceOver funciona muy bien”. 
Leason es uno de los muchos individuos que son invidentes, o que tienen baja visión, y que confían en VoiceOver para desempeñar sus tareas diarias. De hecho, más personas de la comunidad de discapacitados visuales usan ahora VoiceOver en vez de cualquier otro software de lectura de pantalla. Aproximadamente, 70 por ciento de las personas que han pasado por los 13 centros de rehabilitación para veteranos reciben dispositivos iOS y capacitación para accesibilidad. “Estas herramientas están nivelando el campo de acción”, dice Majidzadeh.
Leason no es ningún gurú de la tecnología. Sí, usa un Apple Watch para registrar sus ejercicios en casa y en el agua. Sin embargo, prefiere mantener las cosas simples, y que todos sus dispositivos estén al día, algo que el iPhone ha cumplido, tanto para aquellos que pueden ver como para los que no. “Mañana podré comenzar mis ejercicios de surf”, dice. “Será interesante ver cuántas calorías voy a quemar”.
Leason también es un atleta comprometido con un serio impulso competitivo. Siempre quiere ganar, y algunas veces lo ha conseguido: Leason fue el primer campeón invidente en los Campeonatos Adaptativos de Surf de los Estados Unidos en Oceanside Harbor North Jetty en junio de 2016. Ese mismo año, ganó el segundo lugar en las hazañas para hombres en la competencia de ski acuático de los Estados Unidos en Harmony, Carolina del Norte. Sólo en este año ha participado en siete competencias de cuatro deportes distintos.
“Cuando me mostró todas las cosas que podía hacer [con su iPhone], me sorprendió que había aprendido a interactuar con él y que le había sacado tanto provecho”.
A pesar de que Leason ha estado trabajando con el Centro Acuático de Mission Bay durante 10 años, el surf sólo es una actividad reciente, un intento por volver al pasatiempo de su infancia, cuando crecía en Corona del Mar. Al paso de los años y con el apoyo del programa para veteranos 'Operation Rebound' de la Fundación para Atletas Discapacitados, Leason y el Centro Acuático se han adaptado, aprendido y madurado, mientras él conquista nuevas proezas en el agua.
Paul Lang, coordinador de instrucción en el Centro Acuático de Mission Bay, recuerda algunos de los obstáculos y tropiezos que han superado desde los primeros días. “Por lo general, cuando una persona esquía sobre el agua y practica el wakeboard con nosotros, podemos señalarle al surfista el momento exacto en que la lancha va a cambiar de dirección”, explica. “Scott no tiene ninguna de esas ventajas, así que en un principio teníamos que inventar otros sistemas. Por ejemplo: si se trataba de acercarlo a la playa, sacudíamos la cuerda para que él sintiera que la línea se movía y esa se convertía en nuestra indicación para que supiera que estábamos llegando. Cosas pequeñas como esas… y si topamos con pared, lo resolvemos con Scott e inventamos nuevas formas que funcionan bien para que todos puedan hacer esto”.
Lang, quien ha trabajado con Leason desde antes que recibiera su primer iPhone, se sorprende con frecuencia por su habilidad para adaptarse dentro y fuera del agua.
“La primera vez que tuvo un iPhone y aprendió a usar VoiceOver, le pedí que me hiciera una demostración porque nada más lo veía tocando la pantalla, y yo no tenía idea de lo que estaba haciendo, parecía una ráfaga de pulsaciones y luego las palabras salían del teléfono bastante rápido”, recuerda Lang. “Y cuando me mostró todas las cosas que podía hacer, me impresionó la forma en que había aprendido a interactuar con el teléfono para aprovecharlo al máximo. Él no es distinto a los demás. Sólo se sienta en una esquina por allí y se pone al día con su teléfono, o escucha música, lee, y envía mensajes de texto”.
“Es impresionante lo lejos que se siente la distancia de 10 años en el mundo de la tecnología”, opina Kevin Waldick, director asistente del Centro Acuático de Mission Bay. “Leason no era un conocedor de la tecnología, pero cuando obtuvo su iPhone era como si dijera ‘Sólo sé que puedo hacerlo. Esto es increíble’. Apple está haciendo un trabajo impresionante a favor de la accesibilidad. Estos deportes son accesibles de la misma manera que la tecnología es accesible. Eso ha sido enorme para él”.
Ahora que 2018 está llegando a su fin, a Leason todavía le queda un mes para practicar surf y wakeboarding, antes de que él y el Centro Acuático se vayan de vacaciones. “Cuando estoy al extremo de una cuerda, detrás de un lancha como cualquier otra persona, se me olvida que soy invidente”, dice. “Y luego cuando llego a la playa y hay gente alrededor de Snickers, y les digo ‘Sí, ése es mi perro guía’, al tiempo que sostengo mi tabla de surf en una mano, y me preguntan ‘¿Eres invidente?’, ése es un sentimiento genial”. 
“Los deportes acuáticos son terapéuticos, pero también pienso que tiene que ver más con mi identidad, la persona que soy, y la que he llegado a ser”, comenta. 
De vuelta en tierra firme, Leason disfruta de una deliciosa comida mientras revive las olas del día. Está agotado pero todavía tiene programado un ejercicio de dos horas, más tarde, ese mismo día. Y con Snickers a su lado, no se detendrá. Hará una recaudación de fondos en su página de GoFundMe, planeará sus competencias y actividades para 2019. Seguirá viviendo bajo sus propios términos. “Soy independiente”, dice. “Esa es la mejor forma de describir el iPhone: independencia”. 
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