Lea un libro que permita sentir su contenido
Dicen que los buenos libros cuando están bien escritos transportan a sus lectores a las sensaciones más recónditas, pero existe la posibilidad de que un libro no sólo pueda lograr esto sino que además permita que el usuario experimente sensaciones como miedo, alegría o ganas de llorar. Esto podría ser posible gracias a un prototipo de libro creado por estudiantes del Media Lab del MIT que promete traspasar las fronteras de las emociones.
Hasta el momento, los libros digitales eran la novedad en un mercado al que todavía le cuesta que sus consumidores salgan del estándar tradicional. Es así como algunos ebooks mejoraron la tinta electrónica y las posibilidades de cambiar el color de texto con el fin de mejorar la calidad de lectura, mientras que otros incorporaron música, animaciones e ilustraciones que lo convertían en interactivo.
Sensory Ficton da un paso un poco más allá de las letras impresas o digitales. El equipo cuenta con sensores, luces LED y pequeños parlantes para crear un mundo de texto e imágenes único. De la misma forma que algunos juegos de consola incorporaron unos corset equipados con sensores para registrar el pulso cardíaco del jugador entre otros datos, el Sensory Fiction se vale de una camisa similar (no aseguramos que sea cómoda) pero que cumple la misma función.
Los sensores del arnés miden el ritmo cardíaco y los signos vitales del lector, mientras que una carcasa especial que se supone que recubrirá los libros con este dispositivo, contará con luces LED. En combinación generarán un registro mientras el usuario lee el libro y emitirá los estímulos correspondientes mediante sonidos, intensidad de luz, presión y hasta sensación de frío o calor.
La idea de los creadores es que en definitiva el lector pueda sentir las mismas sensaciones que el escritor relata del protagonista, por ello es que valiéndose de una vestimenta tecnológica ya pusieron a prueba los primeros prototipos y lo expusieron en un video.
Por el momento, no se han dado a conocer los resultados de los experimentos, ni las intensiones comerciales de los desarrolladores, pero sí han planteado un nuevo debate entre el motor de la imaginación y el motor tecnológico.
Fuente: [Datattec]
