Advierten que Mujeres delgadas no están libres de tener grasa en las arterias y sufrir de colesterol elevado


(ANDINA).- Las mujeres delgadas pueden no tener grasa en el cuerpo pero sí en las arterias y sufrir de colesterol elevado, más aún si fuman o están en el periodo de la menopausia, cuando se pierde el efecto protector de las hormonas.

El peso aparentemente adecuado que presentan estas mujeres puede esconder una acumulación de grasa que podría derivar en enfermedades como la  ateroesclerosis y el colesterol alto, advirtió el jefe del Servicio de Cardiología del hospital Cayetano Heredia, Martín Salazar.



“La ateroesclerosis es la acumulación de grasa sólida (colesterol malo o LDL, calcio y otras sustancias) en las arterias, y  no hay que ser gorda para tener las arterias obstruidas.  Una mujer delgada que es sedentaria, se alimenta con bocaditos de grasa, azúcar, golosinas o bebidas azucaradas y además fuma, es diabética o tiene hipertensión, en definitiva está en riesgo de infarto o de accidente cerebro vascular”, explicó.

 Agregó que por lo general, las mujeres fumadoras son delgadas y tienen niveles de colesterol bueno o HDL  más bajos que las no fumadoras. “Los niveles bajos de colesterol bueno (HDL), pueden resultar tan peligrosos como tener el colesterol malo (LDL) elevado y tener ambas anormalidades  constituye un alto riesgo. De allí la importancia de tener cifras elevadas de colesterol bueno en la sangre”, señaló el especialista.  

Se estima que de los 27 millones de muertes de mujeres que se registran anualmente en todo el mundo, 10 millones se deben a enfermedades cardiovasculares, siendo los factores de riesgo más importantes el tabaquismo y la obesidad.
“A esto se añade que a partir de los 40 años la mujer ingresa a la etapa de la menopausia y comienza a perder el efecto protector de los estrógenos u hormonas femeninas”, recalcó.

Detalló que los estrógenos actúan sobre el sistema cardiovascular controlando el flujo sanguíneo, a través de su acción vasodilatadora o modulando los niveles de colesterol y triglicéridos.
“La desaparición de este efecto protector junto con el aumento de peso y la disminución de la actividad física que suelen ocurrir en esta etapa, contribuyen al aumento del riesgo cardiovascular”, anotó.

Por esas razones, Salazar resaltó la importancia del control permanente de los dos tipos de colesterol en sangre (HDL y LDL) y no solo del colesterol total.  “El balance entre ellos es lo que cuenta para reducir la incidencia de la enfermedad coronaria y, por lo tanto, del infarto y del accidente cerebro vascular, pero muchas mujeres, e inclusive algunos médicos generales lo desconocen”, comentó finalmente.

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